Abandonar tus pasiones
Alguien te dijo que la natación no era para ti y le creíste. Arrumbaste la guitarra junto con tu sueño de tener una banda. Dejaste jugar futbol porque ya no te daba tiempo. Quizá no hayas sido un músico o deportista profesional, pero pudiste seguir desarrollando tus capacidades y descubrir todo lo que podías lograr, si no hubieras abandonado tus sueños.
Ignorar a tu cuerpo
Diste por hecho que tu metabolismo de los veinte duraría para siempre, así que le entraste con ganas a los carbohidratos y pasaste más noches despierto que descansando. Nunca te atendiste ese dolor en la espalda y ni por error consideraste ir al médico sólo por un chequeo. ¡Sorpresa! La gastritis, las contracturas y esa pancita se pudieron haber evitado si le hubieras puesto más atención a tu cuerpo.
Tirar tu tiempo y dinero
Derrochaste horas de tu vida con personas que te demostraron no valerlo. Pasaste más tiempo viendo series que leyendo y ahora te das cuenta que con lo que gastaste en tantas noches de fiesta pudiste haber pagado ese viaje que todavía sueñas con hacer.
*culturacolectiva