Beneficios de la soledad: Cómo lograr que el distanciamiento social funcione para ti

Desde reordenar tu espacio hasta hacer finalmente una limpieza a tu clóset, te compartimos algunos consejos para ver el lado bueno al distanciamiento social.

 

“Sé que probablemente esto suena espantoso”, un amigo del mundo de la moda me confiesa por teléfono al hablar sobre los beneficios de la soledad y el distanciamiento social, “pero una parte de mí comienza a experimentar una sensación de alivio al no tener que asistir a eventos sociales por el momento”. Cerca de 10 minutos más tarde, un meme aparece en mi feed de Instagram con el siguiente texto: “Todo: cancelado por el coronavirus. Mi yo antisocial e introvertido: [inserta la imagen de una celebridad aliviada]”. Más allá del tono juguetón y de los temores relacionados con la pandemia que crece rápidamente y que generan insomnio, es probable que una pequeña parte de ti se sienta identificada.

Al momento de escribir estas líneas, Coachella, el festival de los cerezos en flor de Tokio y la temporada completa de los juegos de la NBA se han unido a una larga lista de eventos públicos pospuestos o cancelados; los eventos masivos parecen haber sido eliminados del programa hasta más adelante en el año. Pero como la influyente predictora de tendencias Lidewij Edelkoort dijo a Dezeen el 9 de marzo, con esto podríamos tener más espacio para buscar dentro de nuestra alma mientras el ritmo de nuestros trabajos y vida social se adapta.

“El impacto del brote nos obligará a desacelerar el paso, a negarnos a tomar aviones, a trabajar desde nuestras casas, a reunirnos solo con amigos cercanos o familiares, a aprender a ser autosuficientes y conscientes”, señaló Edelkoort. “No hay manera en que podamos seguir produciendo tantas cosas y todas las opciones a las que nos hemos acostumbrado”.

Así que, ¿es este el momento en que todos deberíamos estar aceptando el potencial aspecto saludable de la soledad relativa y de la abstinencia con la esperanza de un mejor futuro? Probablemente. Pero primero, tenemos que reconocer que hay una gran diferencia entre elegir aceptar la paz restauradora de tu propia compañía y sentir que te has convertido en un prisionero de tu propia ansiedad social en medio del ambiente que se vive por el Covid-19 –o que el aislamiento causado por la cancelación de los planes sociales y el trabajo desde casa por tiempo indefinido se está aproximando.

¿Qué tan generalizada está la soledad?

En una encuesta sobre la vida en comunidad de 2018 realizada en el Reino Unido, los jóvenes entre 16 y 24 años sintieron vergüenza al reconocer la soledad, viéndola como un posible “fracaso”. La vergüenza relacionada con la capacidad de hablar acerca del sentimiento de soledad podría ser una oscura estadística que ya  señala un predominio internacional. A finales del año pasado, se reportó que en Estados Unidos, la Generación Z alcanza niveles de soledad de cerca de 48 puntos en una escala que va del 20 al 80, comparada con los casi 39 puntos alcanzados por quienes tienen 72 años o más. Mientras que en Japón, 77 por ciento de la gente que dijo sentirse sola buscó distraerse con la televisión, la computadora o los juegos de vídeo.

También es probable que los escenarios que muestren detalles de soledad no sean completamente representados en tus canales de redes sociales mientras continúa el proceso del potencial impacto del Covid-19 en nuestras vidas y en las de nuestras familias y compañeros de trabajo. Esto puede llevar –adivinaste bien– a sentimientos más extremos de aislamiento. A la inversa, entre borrosas capturas de pantalla de estadísticas que generan pánico, se siente ‘mal’ de alguna manera encontrar aunque sea un ligero consuelo en la soledad impuesta por una enfermedad altamente contagiosa que pone demasiadas cosas en riesgo a escala global.

¿Es momento de replantearnos los límites?

Como escribió la periodista digital Sarah Raphael en su libro, Mixed Feelings: “Realmente quiero creer en el poder que tienen las redes sociales para hacer el bien, como un vehículo de justicia social que va más allá de las conversaciones superficiales, las selfies y las metas personales. Quiero saber que funcionan como una red que conecta a los individuos aislados que están en busca de un sentido de comunidad en línea”.

En el libro, que “explora la vida moderna y el internet, una discusión a la vez”, la coautora, modelo y escritora Naomi Shimada, hace una interesante observación acerca de cómo dividimos nuestro tiempo y nuestras personalidades en línea. “Gracias a las redes sociales no siento que tengo que elegir ser parte de una sola comunidad, pero que puedo ser parte de muchas que nutren una parte distinta de mi alma y ser, y que me permiten renunciar y absorber todas las cosas que me hacen ser yo”.

Pero no son varias comunidades en línea en las que navegan las mujeres jóvenes. Entre las millennials (y puedo decir esto siendo una de ellas), hay una práctica extendida de suscribirse a una gran cantidad de eventos a los que decimos sí en teoría, pero a los que no queremos asistir en realidad.

Si el arte de decir no a las obligaciones sociales en las que nunca estuvimos interesadas (probablemente más allá de tener una prueba de que asistimos en las redes sociales) se ha convertido en un problema generacional cada vez más grande, entonces la primavera de 2020 nos ha brindado una salida que no requiere de excusas para una cantidad de eventos que en ocasiones es abrumadora y con exigencias que generalmente nos ponemos nosotras mismas. En resumen: ¿es este el momento en que debemos admitir que girar cada plato es insostenible, como explica Edelkoort, y debemos restablecer los límites?

Una oportunidad para el autoanálisis

La verdad es que está bien sentir que necesitas ‘desconectarte’ por un tiempo. A medida que aumenta la intensidad de los medios, también lo hace nuestra –muy racional– necesidad de recordar que hay cosas a nuestro alcance que pueden alegrarnos. Si ya estás sintiendo encubiertamente el efecto positivo de una semana de trabajo sin necesidad de maquillarte y destinar las dos horas del día que normalmente pasas en el transporte a estudiar las posturas de yin yoga que puedes hacer contra la pared de tu habitación, no estás sola.

Con la enorme cantidad de tiempo que pasamos en las redes sociales, esperamos que una narrativa que favorezca un enfoque más positivo y orientado a la comunidad comience a surgir para generalizar cada vez más los requisitos autoimpuestos u obligatorios de quedarse en casa. También es probable que eso cambie el tipo de contenido que estamos viendo en nuestros feeds. La cuenta @somewhereiwouldliketolive, dedicada a dar a conocer espectaculares interiores, ha comenzado a integrar un tema de espacios de oficina en casa que son más #somewhereiwouldliketowork y probablemente no somos los únicos que han notado un marcado aumento en ‘fotos de looks’ durante las últimas 48 horas que muestran exactamente la misma casa como fondo.

Dado que dependemos de que las redes sociales estén listas para alcanzar su máximo en lugar de otras formas más directas de contacto social, ¿será esta oportunidad para el autoanálisis un riesgo de vernos abrumadas por un mar de tutoriales de maquillaje realizados por beauty influencers aburridas? ¿Comenzarán todos a compartir sus rutinas caseras de ejercicio? Probablemente, por un tiempo. ¿Pero acaso no es esta también una oportunidad para un reinicio que ayude a mejorar la manera en la que equilibramos nuestras obligaciones sociales y nuestra vida laboral en los próximos años?

Estos son los consejos de Vogue para manejar el distanciamiento social esta temporada y sacar el mejor provecho de los beneficios de la soledad.

1. Sé consciente de los demás

Para quienes sufren de ansiedad, la simple idea de tener que pasar tiempo a solas puede disparar pensamientos abrumadores. Si tú o alguien a quien conoces está sufriendo de ansiedad o depresión, busca a tu proveedor local de servicios de salud mental.

2. Organiza tu tiempo

Quedarte en casa no significa que no puedes hacer cosas. Desde coordinar tu entrenamiento en la sala con el de tus amigas, a elegir una hora específica para comer y respetarla (intenta preparar una nueva receta al día) o fijar un horario diario para tener una llamada por Facetime con una amiga a la que no hayas podido ver en mucho tiempo, ser creativa con la estructura de una rutina fija ayuda especialmente si tienes la fuerza de voluntad para limitar el tiempo que pasas en las redes sociales (activa el modo avión si es necesario). Los servicios de streaming son geniales, pero no siempre son la manera más productiva/revitalizante de pasar tu tiempo libre. Definitivamente no son una opción antes de las seis de la tarde.

3. Ten en cuenta la privacidad

Ocultar tu ubicación no solamente refuerza la sensación de estar en un santuario privado, también te protege de la revelación no deseada de tu dirección. ¿Nuestro consejo? Cambia la geolocalización por la localización predecible.

4. Divide tu casa en zonas

Sin importar que tan pequeño sea el espacio, es bueno dividir tu casa en ‘zonas’. Todas sabemos que estar acostada en la cama no sustituye a una oficina productiva, pero  repensar en tu casa como espacios para trabajar, descansar y jugar puede ayudar a equilibrar tu estado de ánimo y apoyar un horario más satisfactorio. Tener plantas, jugar con conceptos de iluminación y liberar espacio también puede ayudar a cambiar el mood de las áreas que te rodean cuando defines diferentes espacios.

5. Escribe

Pasando por alto el consejo de qué películas ver en las plataformas de streaming o que podcasts descargar ahora, sólo hay un pasatiempo creativo subestimado que puede ayudar a superar los sentimientos de soledad sin necesidad de tener banda ancha: la escritura. recuérdate, mediante un diario, que tus pensamientos y sentimientos son importantes, comienza el guión de cine que siempre has querido escribir o simplemente libera tu flujo de conciencia.

6. Limpieza de clóset

Esto es Vogue, así que no vamos a dejar de insistir en lo que respecta a sumergirte finalmente en tu guardarropa y buscar las prendas que necesitan reparación o encontrar un nuevo hogar. Haz una llamada por Skype con alguna amiga que también necesite poner orden para tener una segunda opinión respecto a las despedidas más complicadas –y después muéstrale el espacio que has liberado.

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