Cepillarse la lengua
Al igual que los dientes (y de hecho toda la boca) la lengua es un caldo de cultivo de bacterias que causa el mal aliento, así que si usted no se la cepilla, van a multiplicarse durante todo el día y la noche. La buena noticia es que un cepillo de dientes común viejo es completamente capaz de hacer el trabajo.
Oler el hilo dental
Puede sonar desagradable, pero oler el hilo dental después de haber usado es una solución maravillosa para el viejo problema de saber si nosotros mismos tenemos mal aliento. Esta técnica, acercada por el dentista John Woodall, dicta que si el hilo huele mal o hay sangre en él, hay malos olores en la boca. Si ese es el caso, hay que repasar esta lista hasta que el hilo huela tan fresco como una persona con aliento a menta.
Beber mucha agua
El agua es el perfecto agente de limpieza para su boca “sobre la marcha”. Ya sea beberla de un tirón o enjuagarse la boca y escupir, elimina las bacterias. El agua potable también estimula la producción de saliva, lo que es el agente de limpieza natural más potente que disuelve las sustancias que huelen mal en la comida y la bebida.
*PERIODISMO