¿QUÉ TAN ADICTIVO ES EL AZÚCAR?

“Adicción al azúcar: ¿es real? Una revisión narrativa”, un artículo de los investigadores James Di Nicolantonio, James O’Keefe y William Wilson, publicada en el   British Journal of Sports Medicine.

De acuerdo con las indagaciones de los profesores estadounidenses, “los datos demuestran que el consumo de azúcares añadidos tiene efectos similares a otras drogas, como la cocaína o el opio. Si bien los datos no son nuevos −el mismo Di Nicolantonio publicó una investigación que apuntaba en este sentido en 2015− , esta es la primera vez que se recoge toda la información disponible para entender la magnitud de la adicción al azúcar en animales.

De acuerdo con la investigación, la información disponible ha permitido identificar   comportamientos propios de adictos a las drogas en quienes consumen mucha azúcar. Atracones (ingesta exagerada del componente), ansiedad, tolerancia (entre más se consume, más se necesita para sentir los efectos) o síntomas de abstinencia. “Consumir azúcar produce efectos similares a consumir cocaína, alterando el estado anímico, posiblemente por su capacidad para crear activar el sistema de recompensas del cerebro y los centros de placer, llevando a una búsqueda de más azúcar”, dice el informe.

El artículo es lapidario y enfático en que tanto desde el punto de vista del comportamiento como de la neuroquímica, “existen paralelos sustanciales y una superposición entre el abuso de drogas y el consumo de azúcar”. De hecho, en entrevista con el diario The Guardian, Di Nicolantonio afirmó que el azúcar es aún más adictivo que la cocaína, convirtiéndose así, según él, en la   sustancia adictiva más consumida en el planeta, muy por encima de la nicotina o el alcohol.

El artículo, por supuesto, causó controversia.  Tom Sanders, un profesor emérito de nutrición y dietética del King’s Collegue en Londrés, fue incluso más allá y calificó de “absurda” la sugerencia de que el azúcar sea más adictiva que la cocaína o las drogas más fuertes derivadas del opio. El médico explicó que en humanos el gusto por las cosas dulces    es más un hábito que una adicción. No obstante, los autores del trabajo se defienden: aseguran que si bien no hay síntomas físicos propios de las desintoxicaciones de drogas fuertes al detener el consumo de azúcar, el cerebro sí presenta síntomas de este tipo de procesos.

*ELESPECTADOR

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