El cine tal y como se conoce hoy día no habría sido posible sin las aportaciones que hizo Sergei Eisenstein. Nacido hace 120 años un 22 de enero de 1898 en Riga, ciudad del Imperio ruso entonces y posteriormente de la Unión Soviética, este cineasta revolucionó el medio con su técnica de montaje audiovisual y resultado de ello son películas como la aclamada El acorazado Potemkin (1925).
Eisenstein comenzó en el mundo del cine a los 25 años de edad y en sus cintas trataba cuestiones relacionadas con los conflictos de clases y la lucha de los trabajadores oprimidos contra la clase dominante.
Su innovación audiovisual fue entender el montaje como una herramienta para transmitir determinados mensajes y emociones. La manera de combinar los planos, el orden y duración de estos podía afectar a las emociones que el espectador sentía y al mensaje global que una obra comunicaba.
En 1930 viajó a Estados Unidos para trabajar en Hollywood, lo que lo convirtió en una figura más controvertida en su país. No obstante, Paramount Pictures desconfiaba de sus ideales comunistas y acabaron rompiendo el contrato. El cineasta murió cuando en 1948 sufrió un infarto.
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