Muchos dirán que prefieren buscar trabajo, en lugar de tener uno que odian. Si lo pensamos, desde el punto de vista del trabajador, ir a diario a un lugar que se convirtió en una pesadilla por cualquier razón (malos compañeros, actividades que no nos gustan, etcétera), en definitiva, no es algo bueno para nadie.
En dado caso, muchos harán algo que parece hasta digno y necesario por su salud: Renunciar y buscar un lugar en el que sus habilidades sean apreciadas. Sin embargo, un estudio publicado por la Universidad de Manchester podría decirnos lo contrario.
El desempleo está ligado a riesgos de salud severos como depresión, aumento en los hábitos de fumar y beber, e incluso con el aumento en las posibilidades de morir. Incluso, aquellos que consiguen un empleo después de un periodo de desempleo, aunque no sean bien pagados o no les satisfaga del todo, han demostrado tener mejoras de salud considerables.
El nivel de satisfacción entre desempleados y personas con “malos trabajos” con poco nivel de satisfacción (bajos sueldos, y condiciones poco agradables en general), mostraron niveles más bajos de estrés que aquellos que llevan un tiempo considerable desempleados. Utilizaron un grupo de estudio de mil 116 británicos y encontraron que los niveles de salud mental entre desempleados y aquellos que decían odiar sus trabajos eran similares. Al revisar los niveles de estrés crónico, aumentaba en aquellos con un empleo que no les gusta.
Pero cuando se preguntaba sobre su percepción del estado de salud, los que tenían malos empleos, tuvieron niveles de satisfacción un tanto mejores que aquellos que estaban desempleados. De ahí los mayores riesgos a adquirir costumbres dañinas y hábitos que reducen su tiempo de vida. La explicación podrías estar relacionada (aclaran en el estudio), con el hecho de que la gente considera que tener un pago, aunque sea malo, es mejor que no tener nada.
*DAILYTREND