Durante la inauguración de la primera Exposición Canina en el Zócalo de la Ciudad de México el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera Espinosa (MAME), declaró al perro Xoloitzcuintle como patrimonio cultural, además de nombrarlo símbolo de la capital.
El nombramiento del Xoloitzcuintle como icono de la Ciudad fue una respuesta a una petición formal de la Federación Canófila Mexicana.
El Xoloitzcuintle es una raza que tiene más de tres mil años de existencia, y asoció gran parte de su desarrollo con la cultura mexica, que incluye a esta raza de can dentro de su mitología.
De acuerdo con las leyendas mexicas, Xolotl, el dios de la vida y la muerte, le regaló el xoloitzcuintle a los hombres después de haberlo fabricado de una astilla del Hueso de la Vida. Los mexicas creían que los xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el inframundo, por lo que se les sacrificaba y enterraba junto con los muertos a los que debían guiar. Por esta leyenda, los antiguos mexicas trataban al animal como un ser sagrado.
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