No se trata de que dejes de comer carne mañana, que te bañes un día sí y dos no, o que te pongas a plantar árboles en tus ratos libres (¡¿dónde?!), sino de hacer pequeños cambios en las cosas que compras y consumes en tu casa.
Papelito no habla
Deja de usar desechables en tu casa. Aparte de que contaminan se ven inmundos. ¿De verdad quieres recibir a tus visitas con platos que van a acabar en la basura? Mejor compra una vajilla más “casual”, pero que no se rompa. ¡imagínate lo que pueden bajar el plástico y el unicel si ya no compramos vajillas desechables cada que tenemos una reunión! También hay opciones de papel resistente, de hueso de aguacate, bambú y hasta fécula de maíz. Solo recuerda: DI NO AL PLÁSTICO Y AL UNICEL.
Vaso a vasito
Según la SEMARNAT (Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales) en México se compran alrededor de 1 millón de botellas de agua al minuto. Y de todo ese plástico solo 3% se recicla. Te urge un filtro para tu casa. Vas a reducir la basura en los mares, será un gasto de una sola vez en lugar de todos los días y es mucho más funcional para una cocina moderna.
Se hizo la luz
Si todavía tienes en tu casa focos incandescentes te tenemos noticias: emiten más calor de lo que alumbran. Es hora de que te cambies a focos LED, tienen una eficiencia energética hasta 85% mayor, alumbran más y puedes escoger lo que más vaya con tu espacio: luz cálida para zonas de descanso o blanco para lugares con más actividad.
En cueros
La bolsa de plástico que le pones a tu bote de basura forma parte de esos residuos que, muy probablemente terminarán en el mar. Usa uno de doble bote, así nomás tiras la basura, le das una lavada rápida y lo vuelves a poner. Si no te es posible, busca bolsas que sean biodegradables.
Desde la cuna
No basta con que compres cosas “ecológicas”, busca productos que tengan procesos con poco desperdicios o menos contaminantes y que usen materiales reciclados. Ya no compres por comprar, piensa que puedes ayudar con cada peso que desembolsas.