El sida, como se recoge en el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, es la ‘fase final y avanzada de la infección crónica por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)’, es decir, el sida es la enfermedad y el VIH el virus que la origina: se puede ser portador del virus y no padecer nunca la enfermedad.
Desde el primer momento en que una persona está infectada por el VIH, hay un proceso patológico, una infección que quiere evolucionar. El virus está activo desde el primer día, lo que significa una constante batalla entre el sistema inmunitario y el VIH.
A largo plazo, el virus pretende acabar con la capacidad defensiva del organismo, no sólo del VIH sino de cualquier otra infección. Se denomina SIDA a la última etapa de la enfermedad, en la cual el sistema defensivo humano está tan deteriorado que aparecen las denominadas enfermedades oportunistas.
VIH: Virus de Inmunodeficiencia Humana que debilita el sistema inmunitario del organismo.
SIDA: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es un estado avanzado de la infección por VIH, en la que aparecen signos y síntomas de la enfermedad cuando sucede una severa inmunodepresión.