Chequeo médico
Antes de empezar, siempre es bueno saber desde dónde se arranca, en qué condiciones está el cuerpo. Consultar con un médico ayuda a conocer nuestro estado de salud. Seguramente, te ordenará hacerte algunos análisis y una vez que tengas los resultados en la mano, podrás salir a disfrutar del vientito en la cara sin ningún problema.
Factor fundamental: el calzado…
No te decimos que te gastes una fortuna en las zapatillas para correr, pero sí que prestes atención a tener buen calzado. Es mejor invertir un poco al principio a llenarte de ampollas en los pies o incluso a lesionarte. Las zapatillas tienen que tener una buena amortiguación, una buena suela y además, tienen que ser flexibles sobre todo en el arco. Apenas te las pones, te tienes que sentir cómodo en ellas. Los especialistas en running aconsejan unas zapatillas denominadas “trail running” que son buenas para correr tanto en césped, tierra o piedras. Un detalle más: ¡No te olvides de ponerte un buen par de medias! Pueden evitar la transpiración y así dejar a tus pies lo más secos posibles, libres de ampollas.
Qué me pongo…
Tenés que salir a correr cómodo. Ahora hay una línea de ropa con tejidos especiales que pueden ayudarte a que tu aventura sea más placentera y así evitar que transpires por demás. Estate atento a abrigarte si hace frío e ir desabrigándote a medida que entras en calor.
Por dónde empezar
Si nunca saliste a correr o tenés poca actividad física generalmente, lo más aconsejable al principio es salir a caminar, a un paso firme y constante, que sientas el esfuerzo. Así, con el tiempo y el ejercicio podrás ir subiendo el ritmo hasta lograr un buen trote. Lo más recomendable es correr por el césped porque este suelo amortigua mejor el esfuerzo que hacen las rodillas al trotar. Cuando logres el trote no lo hagas más de 10 minutos en un comienzo, luego semana a semana podrás ir agregando cinco minutos más. Es ideal hacer running de dos a tres veces por semana.
¡A hidratarse!
Durante cualquier deporte es importante la hidratación y correr no es la excepción: hay que tomar agua antes de poner un pie en el camino y de ser necesario durante el trote también. Al finalizar, por supuesto, el cuerpo te lo va a pedir.
FUENTE: http://www.periodismo.com/