¿Empiezas una relación y parece que son una misma persona? Esta idea puede ser súper romántica, pero ¡ojo! Una relación simbiótica puede ser más dañina de lo que crees.
¿Cuántas veces no has visto parejas donde ambos parecen ser una misma persona? Tienen los mismo gustos: se visten igual, piensan lo mismo, escuchan la misma música, etc (muy al estilo Brad Pitt con todas sus ex novias). A esto se le denomina relaciones simbióticas, y básicamente se dan porque se diluyen las diferencias de cada individuo al estar juntos. Pero, ¿cómo sé si tengo una relación simbiótica y qué tan bueno es para mí?
Señales de una relación simbiótica
1. Mi relación se convierte en lo más importante para mí.
2. Me alejo de mis círculos primarios y me cierro a nuevas experiencias que no incluyan a mi pareja.
3. Tratas de adaptarte a los gustos de tu pareja y dejas los tuyos a un lado.
4. Las necesidades de tu pareja son más importantes que las tuyas.
5. Cambias tu forma de pensar y actuar sin darte cuenta o por temor al abandono.
6. No disfrutas de la vida si tu pareja no está.
7. Eres codependiente y no puedes actuar por ti misma.
Cómo verás, el concepto de tú y yo somos uno mismo resulta bastante tóxico, si bien estar en pareja implica crear proyectos para ambos, entender al otro y básicamente pensar en dos, esto no significa que tú te diluyes como persona, por el contrario, una pareja debe respetar las diferencias y crecer a pesar de éstas.
Para establecer una relación sana y no dejar que la simbiosis te arruine la vida, porque créenos que el precio es muy alto, te recomendamos lo siguiente…
¿Cómo no caer en una relación simbiótica?
1. Trabaja en tus propios intereses, no abandones las cosas que te apasionan y que disfrutas por complacer a tu pareja. En este punto también incluímos a la familia y a los amigos.
2. Establece límites y espacio, con esto nos referimos a que puedes tener momentos a solas o con otras personas sin que esté tu pareja. Si necesitas estar sola, pídelo, esto no significa falta de amor. Que nadie te diga lo contrario.
3. Ama las diferencias con tu pareja y es más, ¡enfatízalas!, esto los hace más interesantes como individuos. No hay nada más de flojera que tu pareja se convierta en tu copia.
4. Habla siempre de lo que necesitas, quieres, sientes.
5. Si las diferencias están causando problemas, háblalo para ver qué es negociable y que de plano no se puede cambiar, si de plano son irreconciliables, es mejor replantearse la relación.
Recuerda que estar en pareja no significa que debes perder tu identidad, porque esto podría cobrarte una factura muy alta, dañar tu autoestima, seguridad e independencia. Una relación sana se ejerce bajo la premisa del respeto a la individualidad, a los espacios y gustos del otro.