En ocasiones el deseo de darle lo mejor a tu hijo podría afectar más de lo que te imaginas. Te explicamos la diferencia entre un niño mimado y un niño feliz. La felicidad no se encuentra en lo material, tenemos que entenderlo.
Cuál es la diferencia entre un niño mimado y un niño feliz. Los niños felices se alegran por los momentos que pasan en familia, mientras los mimados sólo sonríen cuando se hace su voluntad.
En ocasiones creemos que al complacer en todo a nuestros hijos los hacemos felices, pero nos olvidamos de que la felicidad radica en esos instantes mágicos que compartimos en familia, momentos que nos hacen sonreír al recordarlos al día siguiente.
Hoy queremos revelarte las cuatro claves para identificar a un niño mimado, debes prestar mucha atención a la forma cómo educas a tus hijos, ya que eso definirá su futuro. Todavía estás a tiempo de cambiar las cosas.
LA FORMA EN QUE PIDE LAS COSAS
Puedes notar que un niño está mimado cuando se comporta exigente y pide las cosas como si fuera tu obligación complacerlo. Cuando recibe un “no” por respuesta se altera y empieza a llorar.
LA FORMA EN QUE ACEPTA UN FRACASO
Un niño mimado se frustra cuando pierde y no se resigna a quedar en segundo lugar. Suele comportarse de manera agresiva y hasta grosera con el resto de los competidores. Le cuesta entender que alguien más se lleve el reconocimiento.
SE NIEGAN A NEGOCIAR
Los niños que han sido mimados se molestan cuando quieres negociar un permiso o cuando cambias las fechas de un plan. Creen que ellos tienen el control sobre sus padres y están dispuestos a hacer de todo para imponer su voluntad.
TODO LO RESUELVEN CON LLANTO
Cuando un niño es continuamente mimado probablemente la única forma que conozca de solucionar los conflictos es mediante las lágrimas y el chantaje.