Su origen tiene mucho que ver con los Caballeros Termplarios: el viernes 13 de octubre de 1307, por orden de la Iglesia, fueron detenidos varios integrantes de esa orden. La Inquisición lanzó una persecución a los Caballeros por toda Europa y los detuvo de manera simultánea aquella noche, todo por practicar la herejía. Los que fueron apresados terminaron asesinados o quemados en la hoguera.
La leyenda señala que ese día de 1307 el rey Felipe IV de Francia ordenó el arresto de Jacques DeMolay, un líder de los antiguos Caballeros Templarios. Enterado, DeMolay se presentó ante el soberano con la intención de dialogar, sin embargo fue apresado y torturado junto con su gente para que proporcionara información.
Así, muchos de los Templarios fueron asesinados y DeMolay también fue ejecutado. Pero antes de morir, lanzó una maldición: el Papa y el rey Felipe morirían antes de cumplirse un año. Las circunstancias así se dieron y las palabras parecieron cumplirse. Desde entonces los seguidores de los Templarios proclamaron el viernes 13 como día maldito.
*AZTECATRENDS