La mayoría de las ampollas suelen aparecer en los pies y las manos, no obstante pueden salir en cualquier parte del cuerpo.
Es muy común que éstas se originen por alguna quemadura o por la fricción con alguna superficie, por ejemplo con los zapatos.
Generalmente estas ámpulas se curan solas y en muy poco tiempo, pero cuando son muy grandes y el malestar es mayor, existen tratamientos muy sencillos para aliviar las molestias.
1. No la revientes.
La piel que recubre la ámpula sirve para evitar infecciones, en un par de días el cuerpo reabsorbe el líquido que hay en ella.
2. Si la ampolla ya se reventó.
Deja que el fluido salga por sí solo, limpia alrededor con una gasa estéril. Puedes cubrir el área con una bandita o una gasa.
3. Si la ampolla está en un lugar lejos de la fricción.
Déjala descubierta, el aire ayudará a que sane.
4. Si esta tiene un color diferente a transparente.
Puedes pincharla para eliminar la presión, pero primero debes lavar el área con agua y jabón. No arranques la piel suelta, ya que esta protege la zona. Aplica yodo para eliminar las posibles bacterias y finalmente cubre la zona con una gasa estéril.
5. Después de unos días.
Puedes eliminar la piel seca, procura solo quitar la piel que esté levantada.
No apliques productos que no sean para este tipo de heridas de la piel ya que podrías generar alguna infección.
Nota: Las ámpulas generadas por una quemadura son muy dolorosas y con mayor riesgo de infección, en este caso acude al médico para que te dé un tratamiento específico para tu caso.
*SALUD180