¿Alguna vez terminaste un libro?, ¿de punta a punta?. Cuando lo haces te sientes afortunado, reflexivo y pensante. Es como si una parte de uno hubiese ganado y otra perdido. Seguramente hayas experimentado algo profundo, algo íntimo y hasta tal vez erótico. Cuando se lee se produce una intensa y transitoria metamorfosis.
Según la revista TIME, esto se llama “lectura profunda” y lamentablemente está desapareciendo. Los lectores, al igual que los escritores de cartas, están desapareciendo. La peor parte de esto es que ellos son más agradables e inteligentes que el resto, y quizás sean las únicas personas de las que vale la pena enamorarse en el infierno de la tierra.
Según dos estudios realizados en el 2006 y en el 2009, publicados por el psicólogo de la Universidad de New York en Canada, y también por Keith Oatley, un profesor de psicología cognitiva en la Universidad de Toronto, aquellos que leen ficción tienen más empatía con lo que se conoce como “teoría de la mente”, que es la habilidad para mantener opiniones, convicciones e intereses más allá de los propios. Ellos pueden retener otras ideas sin rechazarlas y aún sosteniendo las propias.
Otro estudio del 2010 comprueba lo mismo pero con los chicos. Sucede que leer te moldea y te suma a su personaje. Cada triunfo, cada lección y un momento crucial para el protagonista se convierte en uno propio.
*PERIODISMO