Por primera vez, el trastorno por videojuegos será incluido como enfermedad mental en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11), la cual no se había actualizado desde 1990, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este patrón se caracteriza por una conducta de juego “continua o recurrente” y aunque aún está a discusión, inclusive de científicos, la OMS lo ha vinculado a tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales.
El usuario no controla la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración y finalización.
El aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otras actividades diarias e intereses vitales.
Y por último, al aferrarse a la conducta pese la ocurrencia de consecuencias negativas.
«Los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener consecuencias graves para la salud», ha asegurado Vladimir Poznyak, responsable del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS.
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