Las legumbres son ricas en proteínas, micronutrientes, aminoácidos y vitaminas, al tiempo que son bajas en grasas y ayudan a controlar el colesterol y gestionar enfermedades crónicas como la diabetes.
Algunas personas suelen confundirlas con las leguminosas. Por lo general, los mexicanos entendemos las leguminosas como los diferentes granos: garbanzos, frijol, lenteja, alverjón y alubias.
Sin embargo, la clasificación botánica refiere como leguminosa a toda la planta como tal, y a las legumbres como las semillas que crecen en las plantas leguminosas.
El frijol es particularmente importante, de hecho, se le considera el rey de las legumbres por la cantidad de variedades que existen.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) señala que existen 70 tipos diferentes de frijol. Pero lo más importante, es la cantidad de nutrimentos que aporta a la dieta del mexicano.
Las leguminosas y los cereales fueron las primeras plantas cultivadas por el humano. En algunos escritos como la Biblia se habla de las legumbres en la dieta del pueblo judío, lo que refleja que estas han estado presentes en la alimentación mediterránea desde tiempos memorables. Por su alto valor, la ONU declaró al 2016 como el Año Internacional de la Legumbres.
*Salud180