Fue el 23 de agosto de ese año que un diseñador y emprendedor llamado Chris Messina propuso crear una forma de agrupar temas y conversaciones en la red social de los 140 caracteres. La propuesta de Messina fue escrita –naturalmente– en un tuit, donde también incluyó lo que después sería conocido oficialmente como el primer hashtag de la historia.
¿Y cuánto dinero ganó el creador del hashtag por su creación? Nada, ni un solo centavo.
Pero no crean que esta es otra historia de una enorme compañía que termina estafando a un talentoso creador. En realidad, Messina decidió no patentar su concepto del hashtag y dejar que se usara libremente en internet. Y es que además ser el co-fundador de BarCamp y haber trabajado en compañías como Google y Uber, Messina es un conocido defensor de la cultura open-source.
Hace un par de años, Messina respondió en Quora la pregunta de por qué no había patentado su idea. Y su respuesta es clara:
«Eso habría evitado que los hashtags se volvieran populares. Apropiarse de una patente sobre el uso de hashtags probablemente habría inhibido su adopción, lo cual era la antítesis de lo que yo esperaba, que fue la adopción y el apoyo de amplia base a través de redes y medios.”
*CODIGOESPAGUETI