Quienes a diario trabajan, consultan o hacen un uso de las nuevas tecnologías, principalmente del Internet, han visto deteriorado el propio desarrollo.
Desesperación, angustia y estrés, que provocan depresión y desmotivación, suelen ser algunas de las secuelas que presentan al abusar del Internet.
A este mal se le conoce como Tecnoestrés, y sus peores consecuencias son la incompetencia de desarrollar la capacidad y emplear las habilidades. Así pues, deberíamos de racionar el uso de dichas tecnologías por el bien de la salud.
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