Si eres de los que consideran que “el correctivo” es la mejor forma de educar a un infante, déjanos decirte que estás equivocado. Y sí, esto incluye el poder de la chancla. Un estudio psicológico publicado por el Journal of Family Psychology, concluyó que los niños que son nalgueados por mal comportamiento, tienen efectos a largo plazo similares a los del abuso físico.
Durante cincuenta años y pruebas con más de 160 mil niños, la Dra. Elizabeth Gershoff y su equipo llegaron a la conclusión de que los azotes están asociados a resultados perjudiciales a largo plazo, y no están asociados al cumplimiento efectivo de las tareas. Por tanto, esta forma de violencia tolerada no genera ningún beneficio tangible, aunque se piense lo contrario.
Según el Dr. Andrew Grogan-Kaylor:
“El resultado del estudio revela que el azote aumenta la probabilidad de una variedad amplia de resultados no deseados para los niños. Las nalgadas hacen así lo contrario de lo que los padres generalmente quieren que hagan.”
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