Bruno Amadio, mejor conocido como Giovanni Bragolin, fue un pintor nacido en Venecia que, después de la Segunda Guerra Mundial, se exilió en España. También llamado El Pintor Maldito, es el autor de una serie de 27 retratos en los que pueden verse a niños que lloran. Lo llamativo de estos cuadros es que los rostros de los niños resultan sumamente realistas, sobre todo sus miradas.
La leyenda cuenta que, como el pintor no tenía mucha fama con sus pinturas, hizo un pacto con el diablo por medio del cual obtendría reconocimiento y fortuna; curiosamente, a partir de entonces la serie de los niños llorones tuvo un éxito tremendo.
La historia cuenta que uno de los niños retratados vivían en un orfanato, del cual no quedó nada después de un colosal incendio. Muchos niños murieron y se presume que el niño de la pintura murió también, pero que su alma quedó atrapada en el cuadro.
Se dice que muchos de los hogares donde existían copias de estos cuadros, fueron reducidos a cenizas por incendios de extraña procedencia, lo sorprendente es que en la mayoría de los casos los cuadros de los niños quedaban casi intactos sobre las paredes carbonizadas. Otra versión asegura que los cuadros retratan el sufrimiento de niños o almas inocentes que están siendo testigos de imágenes infernales.
