Pirinola
Esta era una nuestra versión mini y portátil de «Las Vegas». Podíamos sentirnos muy mal cuando una de las caras de la pirinola nos obligaba a «Poner», pero cuando nos salía «Toma todo»… ¡nos sentíamos los reyes del juego!
Trompo
No se rompían y aguantaban todos nuestros trucos. Cuando hacíamos competencias de “a ver cuál dura más tiempo girando”, obviamente el nuestro resultaba ganador.
Yo-yo
Se podía conseguir de dos tipos: de mariposa o redondo. Este juguete, a diferencia del que vendían en las papelerías o en los mercados, estaba hecho de madera y pues sí… era más resistente a los golpes, esos que le dábamos cuando se nos caía en el momento que hacíamos «el columpio» u otro truco ganador.
Muñecas de trapo
¡Eran la onda! No tenías que gastar en accesorios como con las Barbies. Otro punto a su favor: eran suavecitas, tiernas y no necesitaban de cuidados extremos.
Atrapa novios
Otro juguete que no nos emocionaba mucho, pero nos parecía gracioso por el simple hecho de hacerle la maldad a alguien: atrapar el dedo de una persona tras decirle que lo colocara en un extremo del juguete.