La falta de tiempo, de ganas, algunas cuestiones físicas como los dolores de cabeza terminan convirtiéndose en las excusas más comunes y despreciables a la hora de decirle «no» al encuentro en la cama con el otro.
A la frase típica «no tengo tiempo», le responde Alicia Gallotti, del staff del sitio de relaciones extramaritales Victoria Milan: «La sexualidad hay que entrenarla a lo largo del día, con gestos, llamadas, mensajes, para que así surja de forma espontánea y no escuche como respuesta un «no tengo tiempo».
«No tengo ganas» es otro clásico que deja en evidencia que el sexo es aburrido y monótono, porque se convierte en la última prioridad en la lista del día, a no ser que estemos en época de enamoramiento que, como todos sabemos, dura sólo un rato. Si queremos que el sexo nos sorprenda y nos entusiasme, debemos abrirle la puerta.
El dolor de cabeza: numerosos estudios se refieren a los beneficios del sexo para el sistema cardiovascular, nervioso, alivio del estrés, ansiedad, para ayudarnos a mantenernos más jóvenes, e incluso para evitar el alzheimer.
Las excusas que nos damos a nosotros mismos: dentro de esta filosofía del engaño, es la más terrible de todas, porque por lo general se debe al aspecto físico de uno mismo o del el otro, como por ejemplo, ”no es lo suficientemente atractivo/a, interesante, sexy». En el fondo, no encierran sino los miedos y complejos no trabajados. En estas situaciones hay una clara falta de aceptación del propio cuerpo y el del otro.