Vigilar la frontera con Corea del Norte es un trabajo muy estresante para los soldados de Corea del Sur, pero hace poco encontraron una manera muy poco convencional para relajarse: tomar clases de ballet.
Una vez por semana, los jóvenes soldados de la División 25 del ejército coreano cambian sus pesadas botas militares por zapatos de baile, y participan en una clase de ballet destinada a aliviar algo de la tensión generada por custodiar la frontera más fortificada del mundo.
Bajo la dirección de Lee Hyang-jo, bailarina del Ballet Nacional de Corea que comenzó a enseñar en la base hace un año, los jóvenes soldados luchan para hacer splits, pirouettes y otros movimientos de ballet, como una forma de relajarse. Corea del Sur todavía se encuentra técnicamente en estado de guerra con el Norte, por lo que el estrés de la vigilancia de la frontera entre los dos países puede ser una pesada carga para los soldados.
*PERIODISMO