Un sistema inmunológico robusto es el santo grial de la buena salud; combate infecciones, ayudándonos a recuperarnos de las lesiones y ayuda a reducir la probabilidad de un problema serio como el herpes zóster (también llamado culebrilla) e incluso el cáncer.
Y este complejo sistema de moléculas, células, tejidos y órganos generalmente opera de forma bastante eficiente, considerando el alud de ataques de microbios, contaminantes y otras sustancias y situaciones que tiene que soportar diariamente.
En consecuencia, poco a poco nos volvemos más propensos a las infecciones (las personas mayores de 65 años representan entre el 80 y el 90% de los fallecimientos relacionados con la influenza en Estados Unidos) y nos recuperamos más lentamente de las heridas, incluyendo las que son resultado de cirugías. Además, la respuesta de nuestro sistema inmunológico a las vacunas preventivas se vuelve menos vigorosa.
A lo largo de los años, innumerables suplementos alimenticios, remedios alternativos, como la kombucha, un té fermentado, y alimentos como los hongos y ostiones se han promovido como refuerzos para el sistema inmunológico. De hecho, más de 1,000 suplementos de venta actualmente en el mercado en Estados Unidos alegan tener un efecto positivo en dicho sistema.
Sin embargo, hemos sido incapaces de encontrar una solución única para un sistema inmunológico deficiente en personas que por lo demás están saludables. “La prueba para cualquier supuesto refuerzo inmunológico es si puede incrementar tu resistencia a las infecciones”, precisó el doctor Marvin M. Lipman, M.D., asesor médico en jefe de Consumer Reports. Las vacunas pueden ayudar, pero “ningún suplemento alimenticio o remedio alternativo ha mostrado hacerlo hasta ahora“.
*LaOpinion