La masilla Silly Putty se concibió para ser un sustituto del caucho
A principios de los años 40, la invasión japonesa de los países asiáticos productores de caucho obligó a los científicos estadounidenses a buscar un reemplazo de ese material.
Una mezcla de ácido bórico y aceite de silicona hecha por el ingeniero James Wright resultó demasiado débil como sustituto, pero rebotaba y se estiraba mucho más que el caucho.
Wright envió muestras a científicos de todo el mundo con la esperanza de que alguno le encontrara un uso práctico a su “nutty putty” (“masa loca”), como llamó a su invención.
Ninguno le encontró utilidad hasta 1949. El consultor de mercadeo Peter Hodgson compró los derechos de producción de la masilla, la llamó Silly Putty y la colocó en los anales de la historia de los juguetes.
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