Ganxi Dong, una pequeña aldea oculta en las montañas de Tianzhu, en el centro de China, captó la atención del mundo entero por las inusuales características de sus residentes. Aparentemente, cada habitante de esta aldea auto-sustentable es un experto en artes marciales.
Los habitantes de esta aldea pertenecen al grupo Dong, una minoría étnica que se dedica principalmente a la agricultura. Además de cultivar, cada residente es un experto en el arte del kung fu, y manejan una gran diversidad de armas como varas, horquillas y sus propios puños.
Sus habilidades de combate han sido cuidadosamente transmitidas de generación en generación. “Podríamos decir que aquí casi todos los residentes son expertos en diversas formas de artes marciales, incluyendo la lucha con vara y cuchillos”, asegura Tao Guangrong, secretario del Partido Comunista de la aldea.
Nadie conoce la verdadera historia de la ahora famosa aldea, pero la costumbre de aprender kung fu sigue vigente entre los 123 habitantes de Guanxi. Y como los jóvenes ahora dejan la aldea para irse a trabajar a las ciudades, las mujeres han comenzado a interesarse en la disciplina, en un esfuerzo por mantener viva la tradición.
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