Ali Mohammed al-Nimr fue detenido en febrero de 2012 cuando tenía 17 años, por protestar contra el gobierno en la provincia chiita de Qatif, en Arabia Saudita.
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Por tal razón, fue acusado de participar en “manifestaciones ilegales”, lo que le ha valido una condena a muerte por las vías de la decapitación y crucifixión. El joven de 20 años apeló la condena, que fue rechazada por el Tribunal de Arabia Saudita.
De acuerdo con el diario Middle East Monitor, Ali sufrió tortura y se le juzgó sin garantías legales, condenádolo a muerte, bajo la modalidad de crucifixión, el 27 de mayo de 2014.
Por su parte, los organismos internacionales defensores de los derechos humanos han señalado el caso como arbitrario y desapegado del Derecho Internacional.
En las investigaciones, han encontrado vínculos entre la condena del joven y su relacion familiar con un líder religioso y destacado activista de los derechos humanos, Sheikh Nimr al-Nimr, quien fue condenado a muerte en 2014.
Maya Foa, activista de derechos humanos afirmó que nadie debería tener que pasar el calvario de torturas y confesiones forzadas que ha sufrido Ali, que sería ejecutado en cualquier momento sin que se le notifique a su familia.