Ciudad de México, 7 de julio Un hacker que recibe una cucharada de su propia medicina puede ser el ejemplo de la ironía de estos tiempos. Los miembros de Hacking Team ahora lo saben, luego de que un torrente de 400 gigabytes de su información confidencial fueran filtrados a partir de la noche del domingo. Sin embargo, no se trató de una típica fuga de información a la que hackers, hacktivistas y otros expertos en redes nos tienen acostumbrados desde hace años. En esta ocasión los que quedaron expuestos no sólo fueron gobiernos e instituciones, sino una compañía que se encarga de hacer el espionaje y la vigilancia más sencillos para Estados represores.
No se trata de la primera vez que Hacking Team (la afectada en cuestión) es el centro de la controversia. La firma con sede en Milán, Italia, arrastra tras de sí una larga cadena de acusaciones por acciones comerciales poco éticas, por vender herramientas que ayudan (a gobiernos principalmente) a violar la seguridad de computadoras y teléfonos.
Las violaciones, que incluyen correos electrónicos, facturas de clientes e incluso código fuente del producto de la compañía fueron reveladas y la misma cuenta de Twitter de la compañía sirvió como escaparate, luego de que fuera hackeada durante 12 horas. Estas revelaciones llegan justo a mitad de un largo debate que tiene lugar a nivel mundial sobre la forma de controlar el software de espionaje.
“Fue una sorpresa para todos que se haya filtrado y no usaran la plataformas convencionales. Lo hicieron de manera que también protegiera la fuente de la filtración”, dijo el defensor de los derechos humanos Jesús Robles Maloof, uno de los principales difusores de estos datos y quien en su cuenta de Twitter publicara seis facturas de Hacking Team a nombre de la empresa SYM Servicio Integrales, que dan cuenta de la compra del programa Da Vinci que oscilan entre los 319 mil euros hasta los 925 mil euros (entre 5.5 y 16 millones de pesos).
FUENTE: http://prodigy.com