La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola (SPR) no incrementa el riesgo de padecer autismo, incluso entre los niños considerados con un alto riesgo de presentar el trastorno, se indicó en un estudio de cerca de 95.000 niños con hermanos mayores.
La polémica de la vacuna SPR comenzó en 1998, después de que la revista médica británica The Lancet publicó una investigación fraudulenta que vinculaba la vacuna con el autismo. Más tarde, la revista se retractó y los estudios de los últimos 15 años han demostrado de forma constante que no hay evidencia que apoye el presunto vínculo.
A pesar de esto, las encuestas realizadas entre padres que tienen hijos con autismo indican que muchos creen que la vacuna SPR fue un factor determinante. Esta creencia, combinada con el conocimiento de que los hermanos menores de los niños con autismo ya se encuentran en un mayor riesgo genético de padecer este trastorno en comparación con la población en general, motivó a estos padres a evitar la vacunación de sus hijos menores.
Investigadores del Grupo Lewin, una consultora de salud de Estados Unidos, examinó la incidencia de autismo en 95.727 niños estadounidenses, todos con hermanos mayores. De estos niños, 1.929, o el 2 por ciento, tienen un hermano mayor con autismo.
En total, 994 niños del estudio fueron diagnosticados con autismo durante el seguimiento. De ellos, 134 tenían un hermano con el trastorno. Los otros 860 no lo tenían.
La tasa de vacunación SPR para los niños con hermanos no autistas fue de 84 por ciento a los dos años de edad y de 92 por ciento a los cinco años de edad. En contraste, la tasa para los niños con hermanos autistas fue de 73 por ciento a los dos años de edad y de 86 por ciento a los cinco años de edad.
Los investigadores informaron hoy en la revista estadounidense JAMA que no encontraron diferencia en la incidencia del autismo entre los niños vacunados y sin vacunar, sin importar que sus hermanos mayores tuvieran el trastorno.
En un escrito adjunto, Bryan King de la Universidad de Washington y del Hospital Infantil de Seattle dijo que «la única conclusión que puede sacarse del estudio es que no hay indicios que sugieran una relación entre la (vacuna) SPR y el desarrollo de autismo en niños con o sin hermanos con autismo».
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