Esta cualidad que podría ayudar a tantos emprendedores a triunfar está en peligro de extinción. Aumenta tu confianza y atrévete a brillar.
Ya sea que estés construyendo un negocio o una red, siempre querrás buscar a personas que sean genuinas. Después de todo, nadie quiere trabajar o pasar tiempo con alguien falso. En caso de que tengas dudas, genuino significa actual, sincero, honesto. La gente genuina actúa más o menos igual por dentro y por fuera. Desafortunadamente, es una cualidad difícil de discernir. El problema es que todas las interacciones humanas son relativas. Todas son una función de cómo nos percibimos los unos a otros a través de una mirada subjetiva.
Ser genuino es una cualidad poco común. En un mundo lleno de gente falsa, adictos a los medios, personas virtuales, pensadores positivos y marcas personales, todos quieren lo que no pueden tener y nadie está contento con su vida.
Para ayudarte a identificar esta raza extraña, así es como la gente genuina debe comportarse:
No buscan la atención. No necesitan que les alimenten el ego. Los que buscan llamar la atención tienen un agujero que debe llenarse pero las personas genuinas tienen confianza en ellas mismas.
No les preocupa caerte bien. La necesidad de ser querido viene de la inseguridad y el narcisismo. Crea una necesidad de manipular tus emociones y las de los demás. La gente con confianza es auténtica. Si te caen bien, qué bueno, si no, también está bien.
Se dan cuenta cuando los demás son falsos. Tal vez la gente ingenua puede ser fácilmente engañada, pero la genuina no. Están concientes de la realidad y eso les da una base en la que pueden darse cuenta cuando las cosas no tienen sentido. Hay una gran diferencia.
Se sienten cómodos con ellos mismos. A sus 70 años, el actor Leonard Nimoy dijo que estaba más cerca que nunca de estar cómodo con el mismo, al igual que Spock. La mayoría de nosotros luchamos contra eso. Como dijo una vez David Thoreau “Las masas llevan una vida de desesperación en silencio”.
Hacen lo que dicen y dicen lo que sienten. No tienden a exagerar. Cumplen sus promesas. No analizan sus palabras o las endulzan. Si necesitas escuchar la verdad te la dirán, aunque sea duro para ellos decirlo y que tú lo escuches.
No necesitan muchas cosas. Cuando estás cómodo contigo mismo, no necesitas de cosas para ser feliz. Sabes dónde encontrar la felicidad, dentro de ti, en los demás, en tu trabajo. Encuentras la felicidad en las cosas más simples.
No tienen la piel delgada. No se toman todo tan seriamente, así que no se ofenden por lo que dicen los demás.
No son tan modestos u orgullosos. Al tener confianza en sus fortalezas, no necesitan presumirlas. Asimismo, no muestran falsa modestia. La humildad es una característica positiva, pero es aún mejor ser directo.
Son consistentes. La gente genuina puede ser sólida, sustancial o pesada. Se conocen bien y están en contacto con sus emociones, son más o menos predecibles, en el buen sentido.
Practican lo que predican. No van a aconsejar a alguien que haga algo si ellos no lo harían. Después de todo, la gente genuina sabe que no es mejor que los demás, así que no está en su naturaleza ser autosuficiente.
Estas personas se ven a sí mismas como los otros lo harían si fueran observadores objetivos. No hay mucho procesamiento, manipulación o control entre lo que está en su cabeza y lo que la gente ve y escucha.
Una vez que la conozcas, la gente genuina es más o menos consistente con la forma en la que en un principio decían que eran. Lo que ves es lo que obtienes. Es triste que actualmente una cualidad tan positiva esté en riesgo de desaparecer. No sólo cada vez es más difícil encontrarlo en otros, sino que es más complicado ser genuinos con nosotros mismos.