Te explicamos más acerca de esta gran tradición que se lleva cada año en México y que incluye un delicioso platillo típico.
Seas mexicano o no, si vives en este país seguramente ya te ha tocado partir alguna Rosca de Reyes y, con ello, intentar evitar que te salga un ‘muñequito’ en el pedazo de rosca que elijas.
¿Y qué pasa cuando descubres que te lo ganaste? Te conviertes en el anfitrión de la celebración del tradicional día de la Candelaria, que tiene lugar cada 2 febrero, en donde tendrás que comprarle tamales a todas las personas que partieron la rosca contigo.
No te preocupes, cada rosca incluye más de un muñequito, por lo que NO SERÁS LA ÚNICA persona que se encargará de llevarles tamales a tus amigos.
Pero, ¿qué tiene que ver una Rosca de Reyes con los tamales? ¡Aquí te contamos todo sobre este festejo!
¿De dónde provienen los tamales?
De acuerdo a los registros de pinturas rupestres, códices antiguos y expertos en antropología de los alimentos, hace miles de años (entre cinco y diez mil), nació el tamal. ¿Dónde? La mayoría apunta a que fue en el terreno de aztecas, mayas y olmecas y de ahí brincó a Centroamérica, luego a Latinoamérica.
Este platillo empezó a recibir diferentes nombres, de acuerdo con la región a la que pertenecía (Hallaca, Bollo, Humita, Achira, Bijao, Guanime y Pamaña, son algunos de ellos).
¿Y cómo se creó la Rosca de Reyes?
Se cree que la primera surgió en la Edad Media, fuertemente inspirada en el nacimiento de Jesucristo. El niño escondido en la Rosca, simboliza cuando María y José escondieron a Jesús del rey Herodes, quien ordenó matar a todos los niños pequeños cuando supo que había nacido el ‘Rey de Reyes’.
¿Qué es el día de la Candelaria?
Es popularmente conocido por comer tamales con atole, pero no todos saben que ese día es tabién el santo de la Virgen de la Candelaria. También se recuerda en esta fecha el momento en el que se presentó el Niño Jesús en el templo de Jerusalén por primera vez.
Además, el 2 de febrero es el onceavo día del calendario azteca, el día en que ellos veneraban al maíz para la siembra del ciclo siguiente.
