La información acerca de finanzas personales nunca había estado tan a la mano y hoy cualquiera con una conexión a internet puede hacer su propia estrategia.
La forma de manejar el dinero ha cambiado en un parpadeo debido al COVID-19 que amenaza con pasar una larga jornada limitando nuestro comportamiento. En la Ciudad de México, el semáforo naranja ya llegó, pero medidas como la cuarentena voluntaria seguirán haciendo que la economía fluctúe, y la pérdida acelerada de empleos que se vio en estos últimos tres meses seguirá haciendo que millones de personas piensen dos veces a la hora de manejar el dinero y, sobre todo, los gastos, de la misma manera que lo hacían antes.
Lo bueno es que la información acerca de finanzas personales nunca había estado tan a la mano y hoy cualquiera con una conexión a internet puede hacer su propia estrategia. Pero estos consejos no son solo para aquellos que no tienen ingresos; hay otros que recibieron la devolución de impuestos, bonos y utilidades hace poco, y también se están preguntando cuál es la mejor manera de resguardar y hacer crecer estas ganancias; por no hablar de aquellos que sienten que sus trabajos podrían estar en peligro y quieren comenzar a hacer un plan de contingencia.
Lo primero que una persona debería cuestionar es si existe realmente una necesidad de que salga a pagar todas sus deudas lo más rápido posible… el consejo que más se ve entre los círculos aficionados de las finanzas personales es que agarres todo el dinero que tengas y que trates de pagar todas tus deudas para que ya no tengas que hacer pagos mensuales. Pero este no siempre es un buen consejo, pues podría dejarte rápidamente sin liquidez, y la liquidez es necesaria, pues es lo que te sostendrá durante meses incluso sin ingreso, mientras sales de la crisis.
1. Mantén tu empleo
Suena más fácil decirlo que hacerlo, pero es de vital importancia que lo recuerdes cuando estés a punto de renunciar en esta época. El principal objetivo de mantener un empleo ahora es obtener un privilegio que cada vez se ve más escaso en el mundo: recibir un ingreso fijo. Ya sea que tu empresa te haya reducido el salario o que lo mantengas completo: trata de mantener tu empleo.
Lamentablemente, no es buen momento de iniciar ese “negocio propio”, a no ser que sea para curar el coronavirus o resolver uno de los nuevos problemas que nos ha generado. El desempleo crece cada día y se espera que empeore. Esto quiere decir que es buen momento de practicar la aceptación y la serenidad y de negociar con tu jefe un acuerdo que les sirva a todos.
De ninguna forma aceptes humillaciones ni malos tratos de parte de tu empleador, pues ese no es el concepto de la estrategia, sino que conserves tu empleo de la mejor manera que puedas, ya sea negociando con tu jefe o proponiendo ideas nuevas diversificar el negocio y que éste sobreviva al cambio de paradigmas.
2. Haz un “presupuesto de guerra”
Si ya te quedaste sin empleo, estás trabajando o ganando solo una fracción de lo que ganabas en enero o si sospechas que es posible que te despidan, es hora de que diseñes un “presupuesto de guerra”. Para hacerlo, debes calcular, con toda la sinceridad, de cuánto dinero dispondrás de ahora en adelante y hasta que la situación cambie.
Calcula los recursos de los que dispondrás mientras recuperas tu empleo normal o buscas uno nuevo. No conviene ser optimista en este punto. Suma el dinero total que tengas (líquido, no prestamos ni tarjetas de crédito). Suma tus ahorros y las ayudas familiares o de amigos. También suma tu salario, si tienes.
Luego, haz una lista de todos los gastos que tienes y empieza a recortar. Para hacerlo hay dos técnicas.
Primera técnica: cortar gastos pequeños e innecesarios o que puedas acomodarte sin ellos; como lujos (alimentos caros o de marca, por ejemplo), membresías (solo una suscripción a TV por streaming, por ejemplo), ropa y accesorios.
Segunda técnica: Ramit Sethi dice que la técnica de cortar gastos pequeños es una tontería y propone empezar a cortar por grandes trozos de gasto, para que así obtengas lo que él llama “Big wins”, como, por ejemplo, vender algo grande que te represente una gran cantidad de dinero en el bolsillo (un coche, una Thermomix, una bolsa de diseñador, etc). Ramit da este consejo en un contexto diferente, pero es una excelente técnica que te puede ayudar mucho en este momento.
Después de escoger estrategia, divide tu dinero e ingreso total fijo entre el número que arroje tu Presupuesto de guerra, y así sabrás para cuántos meses te alcanza con lo que tienes y si es necesario que vayas pensando en pedir ayuda económica.
3. Revisa el buró y tu calificación de crédito
Todos deben estar al corriente del estado de su historial de crédito, pero, si antes no lo hacías, ahora es el momento. Revisar el historial y el puntaje de crédito es tan fácil que ya no hay excusa para no hacerlo.
En tu buró puedes consultar cuántas cuentas de crédito tienes abiertas y el estado de todas tus deudas. Hay varias razones para volverse un entusiasta del Buró en este momento; una de ellas es que los ladrones y oportunistas han aprovechado la confusión para robar datos y abrir créditos a nombre de otras personas y, otra razón, muy importante, es que los bancos están endureciendo sus procesos de perfilamiento para protegerse y otorgarle créditos sólo a personas que signifiquen bajo riesgo, es decir, que tengan más probabilidades de pagar puntualmente, y esto lo calculan por medio del perfil y el puntaje de crédito.
4. Negocia con el banco
El banco no adivinará que ciertas personas no pueden pagar sus mensualidades. Tienen muchos clientes y seguirán el protocolo: después de cierto tiempo de no pago te reportarán con el buró. Si tienes problemas para pagar las mensualidades lo mejor es que llames para acordar un programa de pagos con un asesor. Muchas personas piensan que no los reportarán o que estar reportado con una deuda en el buró no es tan grave, pero sí es grave, sobre todo cuando en el futuro se necesita una línea de crédito para cubrir una emergencia, invertir en un negocio excelente o comprar una casa para la familia.
Los bancos continúan ofreciendo financiamientos y prórrogas a todos los ciudadanos que lo soliciten y, si tienes un buen puntaje de crédito, es posible que puedas refinanciar tus deudas con excelentes tasas.
5. Obtén liquidez por medio de tus activos
Quiere decir que, si lo necesitas, tramites un crédito de liquidez con garantía hipotecaria: con tu casa como colateral.
Si pierdes tu empleo o reducen tus ingresos, tus obligaciones de pago no cesan: colegios, guarderías, gimnasios, seguros (muy necesarios ahora), TV por cable, el necesario internet, y otras membresías. También debes pedir el super y pagar los servicios. La vida sigue, aunque el ingreso no.
6. Consolida tus deudas
En el punto uno planteamos la idea de hacer un nuevo presupuesto. Pero, antes y después de hacerlo, es necesario tener en cuenta la consolidación de deudas. Para esto precisamente sirve un buen puntaje de crédito, pues entre mejor sea, mejor tasa te darán a la hora de pedir un préstamo que te permita pagar todas tus deudas y pagar mensualidades más bajas mientras dura la contingencia o consigues mejores oportunidades laborales.
Funciona muy fácil: Busca un crédito personal que te permita pagar todas tus deudas y quedarte solo con una, más baja, a mayor plazo y con mejor tasa; esto reducirá tu pago mensual y te dará un respiro, pues estas deudas se pueden financiar incluso hasta a cinco años.
Si el plan sale bien, debería verse más o menos así:
A. Haces la suma de toda la deuda que tienes entre créditos personales y tarjetas de crédito.
Por ejemplo, deuda de 100,000 pesos, divididos en 3 créditos.
Crédito personal = 30,000
Tarjeta a = 35,000
Tarjeta b = 35,000
B. Haz el cálculo de lo que pagas mensualmente por estos créditos.
Crédito personal = Mensualidad 2,500
Tarjeta a = Mensualidad 6,000
Tarjeta b = Mensualidad 6,000
Total mensualidades: 14.500
C. Buscas un crédito personal a la mayor cantidad de años que se pueda, por el monto total de tu deuda del paso No 1. Te aseguras de conseguir una buena tasa.
Crédito personal al 32.2% anual x 5 años = mensualidades de 3,800 pesos, aproximadamente.
D. Con el dinero del crédito del paso C, pagas todas tus deudas del paso A.
E. Empiezas a pagar 3,800 pesos mensuales, una diferencia de 10,500 pesos con lo que pagabas antes.
F. Ya no sigues utilizando tus tarjetas de crédito, a no ser que sea en caso de emergencia.
G. Cuando tu economía mejore, haces abonos extraordinarios a tu nuevo crédito y lo pagas en mucho menos tiempo.
También puedes comprar la deuda de tu tarjeta de crédito con otra tarjeta de crédito que te ofrezca menor tasa. Será un alivio para tu economía a corto plazo.
Así funciona la consolidación de deudas.
Pero, una vez hayas liberado el cupo de tus tarjetas de crédito, NO sigas utilizándolas.
Por otro lado, si tu ingreso no se ha reducido y tu trabajo no está en peligro, no es buena idea que utilices la refinanciación de tarjetas a mayor plazo, pues tus intereses se incrementarán, y no tiene sentido que refinancies si ya habías pagado más de la mitad de tu deuda de tarjeta.
7. Revisa todas las fuentes de dinero que antes no tenías en cuenta
Revisa todas esas recompensas y puntos que te dan sin que tú te enteres. Como millas, puntos de tarjeta de crédito o recompensas de bancos, pues en este momento pueden ayudar mucho.
Estos siete puntos te ayudarán a manejar tus finanzas personales en este momento. Piensa dos veces todas tus decisiones financieras y déjate aconsejar por expertos; son momentos muy inciertos y no es hora de tomar riesgos con el dinero que garantiza nuestra supervivencia.