Los fibroblastos, las células que forman la estructura de la proteína debajo de la superficie de la piel, dan resistencia y fuerza a la dermis, por lo que a través de ellas se explica el por qué el proceso de cicatrización es diferente en cada persona.
Un estudio reciente de la Universidad de Yale reveló que las diferencias en dichas células determinan que la reparación de una herida en personas de la tercera edad es más lenta.
De acuerdo con la información difundida por la institución universitaria, los expertos estudiaron la genética de los fibroblastos y analizaron sus efectos en ratones y humanos, encontrando múltiples diferencias en la forma en que estas células responden a las lesiones y los cambios que ocurren durante el envejecimiento.
Después de una lesión un subconjunto de fibroblastos que normalmente producen células grasas, comienza a formar tejido cicatricial para reparar el tejido de la piel.
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