La mayoría de los más grandes tornados de fuego surgen a partir de incendios forestales, en los cuales están presentes corrientes de aire cálido ascendentes y convergentes. Usualmente presentan de 10 a 50 metros de alto, unos pocos metros de ancho y duran sólo unos minutos. Sin embargo, algunos pueden tener más de un kilómetro de alto y contener vientos superiores a los 160 km/h persistiendo así por más de 20 minutos.
Este fenómeno ocurre cuando “aire frío entra en la parte superior del aire caliente y provoca un remolino similar al de un tornado”.
Algunos de los remolinos de fuego más emblemáticos de la historia ocurrieron en durante la Segunda Guerra Mundial, en ciudades alemanas como en Hamburgo durante la Operación Gomorra, donde murieron 43 000 personas. También durante el Bombardeo de Dresde, el cual provocó una tormenta de fuego del tamaño de una ciudad pequeña y produjo un remolino de fuego que mató entre 25 mil y 40 mil personas, además de destruir la mitad de la ciudad.
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