Investigadores del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste (PNNL, por sus siglas en inglés), una ramificación del Departamento de Energía de Estados Unidos, lograron desarrollar un proceso mediante el cual pueden convertir los desechos de las aguas residuales en un biocrudo, que puede ser transformado en gasolina, diésel o queroseno.
La tecnología, llamada licuefacción hidrotérmica, es un gran avance en la generación de energía a partir del lodo depurado de las aguas residuales no era considerado un buen ingrediente base en la producción de biocombustibles.
Traducción: Los científicos pueden convertir el excremento que corre por el agua negra de las cloacas en un equivalente del petróleo crudo.
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