El labial no siempre ha sido patrimonio exclusivo de las mujeres:
En la antigua Roma ‘los hombres también solían llevar los labios pintados, y el uso de un tono u otro dependía del estatus social’, asegura Jessica Pallingston. Incluso George Washington en el siglo XVIII acostumbraba a lucir pintalabios.
Existe una leyenda sobre Elizabeth Taylor, la cual tiene que ver con su color de labios:
Al parecer, la actriz exigía ser la única persona que luciera pintalabios rojo en los rodajes.
Lo que conocemos hoy en día como ‘barra de labios’ no existió hasta el año 1915:
Esto sucedió cuando Maurice Levi diseñó un tubo metálico en el que contener el producto. Pocos años antes, la firma Guerlain le había dado la forma tubular, aunque se conservaba envuelto en seda y no en un recipiente rígido.