Criticar a tu pareja: Se tienen que hablar de una manera clara de aquellas cosas que les incomoda, no tienen que estar criticando o quejándose de sus acciones a cada rato. Las críticas deben ser constructivas porque, si no lo son, pueden ser un punto de conflicto en nuestra relación. Y siempre, siempre quejarse sin remarcar un defecto de nuestra pareja.
Ponerse a la defensiva: Has recriminado algo a tu pareja y al final has acabado discutiendo porque el o ella no da su brazo a torcer. Rechazar cualquier crítica o preocupación también puede ser perjudicial para tu relación, en la medida en que muestras desinterés o bien una falta de responsabilidad.
Evasivas: Huir de los problemas solo crea más conflictos. Si tu pareja te pregunta “¿Dónde estuviste anoche?” o “¿Te pasa algo?”, lo mejor es que seas sincero y contestes. Aunque no le agrade a tu pareja.
Desprecios: «El desprecio es venenoso para una relación porque transmite disgusto. Es prácticamente imposible resolver un problema cuando tu pareja está recibiendo el mensaje de que estás disgustado con él o ella “, dice Gottman.
*KEBUENAMX