Los tatuajes, más que un capricho, se han convertido en un estilo de vida e identidad para muchas personas, lo cual es muy respetable y cada quien es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera porque es una manera de expresarse.
Sin embargo, lo que está causando mucho conflicto – y en especial con los activistas protectores de animales – es que los fanáticos de los tatuajes están empezando a llevar estos grabados permanentes también en sus mascotas.
Lo que los protectores de animales argumentan (y que nosotros apoyamos) es que los humanos tienen todo el derecho a decidir sobre su piel, pero no sobre la de los animalitos. Pues el proceso de inyectar tinta con múltiples piquetes implica un dolor severo.

*AZTECATRENDS





