Actualmente no existe una cura para el zika, pero las autoridades en los países afectados están buscándola. Los pacientes generalmente deberán reposar, beber líquidos y tomar analgésicos comunes para el dolor.
En países como Brasil han recurrido a medidas tan drásticas como la ingeniería genética de mosquitos para reducir su población en las regiones con niveles de contagio más críticos, así como auxiliarse con miles de centros médicos con voluntarios que ayuden a tratar a los pacientes.
Existe un posible contratiempo: que el mosquito común también sea un portador. Este mosquito tiene una población 20 veces mayor que el Aedes aegypti. Todavía no se confirma esta hipótesis, pero de ser así, las autoridades consideran que esto podría provocar la demora de una vacuna durante años.
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