Algunos visionarios aprovechan el poder de la tecnología para ayudar a las personas a trabajar más eficientemente, o para mantenerse en contacto con amigos y familiares en diferentes partes del mundo. Sin embargo, Eunchan Park tenía un objetivo diferente en mente. El inventor surcoreano quería poner sus conocimientos de robótica al servicio de la mejora del sabor de las bebidas alcohólicas.
Y así fue como nació el compañero de copas robótico, apodado (como no podía ser de otra manera), Drinky.
La inspiración para Drinky llegó durante una Navidad que Park pasó junto a una botella de soju (bebida alcohólica tradicional coreana, llamada shochu en Japón). Durante su solitaria sesión de bebida, Park decidió servir una segunda copa y colocarla frente a sí mismo, como si estuviera bebiendo con un amigo.
El ingeniero encontró que al hacerlo, no sólo había mejorado la atmósfera en la sala, sino también la forma en que percibía el sabor del soju, luego hizo los cálculos sobre la cantidad de posibles beneficios que podrían cosecharse con un acompañante robótico.
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