Alan Whitman y Andrew Masters lograron un éxito comercial bastante polémico con un original spray llamado ‘Liquid Ass’ (trasero líquido), ¡que hace que todo huela tan mal como su nombre!
El producto nació hace varios años cuando Whitman estaba en la escuela secundaria. Sus padres le regalaron un juego de química, que usó para inventar una fragancia con tufo a “mezcla de raya de trasero, alcantarilla y animal muerto”. Usó su creación para jugarle una broma a un profesor de Inglés con el que no estaba muy contento, y ahí se dio cuenta que lo que tenía entre manos era un arma de verdad.
Pero fue recién hace 10 años, cuando estaban por despedirlo de la fábrica donde trabajaba, cuando pudo retomar el proyecto. Las cosas estaban un poco tensas con su jefe, así que junto a su amigo Masters decidió que era hora de desempolvar su vieja arma.
Whitman y Masters rociaron un poco de Liquid Ass cerca del microondas en el comedor de la fábrica, y dejaron que el aroma hiciera su magia. El hedor inundó el lugar y nadie tenía idea de dónde provenía. Finalmente despidieron al dúo, que rápidamente supo cuál sería el próximo paso: comercializar el Liquid Ass.
La fragancia se convirtió en un gran éxito. La gente la compra para hacer todo tipo de bromas. Y por suerte para ellos, no requiere un esfuerzo muy grande de marketing, ya que su aroma habla por sí solo.
*Periodismo
