Así es, la ciencia tiene una teoría respecto a esta cuestión, las lágrimas son una especie de mecanismo de ‘defensa’ que nos permite mostrarnos más inofensivos en momentos clave.
Más allá de que las lágrimas sirven para lubricar los ojos, el ser humano hace uso de ellas en situaciones emocionales -lo que nos hace únicos en el reino animal-; lo que, según indican los expertos es señal de la sofisticación de nuestro cerebro.
Según un estudio realizado por el biólogo evolutivo Oren Hasson, de la Universidad Hebrea de Jersualén, llorar le permite a alguien mostrarse menos amenazante ante otros, y así, mostrar al mundo que más que ser un posible ‘peligro’, necesitamos ayuda.
El objetivo es provocar compasión y simpatía por el que llora en lugar de presentarse como una amenaza real, y -de acuerdo a los estudios de Hasson- una especie que pueda identificar el dolor ajeno con el fin de ayudarlo tiene más probabilidades de sobrevivir.
*AztecaTrends