El bloqueo del tránsito de inmigrantes cubanos en Nicaragua el pasado fin de semana augura en la frontera sur de México unos duros días por venir.
“Hace tres semanas cuando los detuvieron en Honduras lo único que pasó fue que después vinieron en masa, 300, 400 diarios y provocaron una crisis humanitaria tremenda”, dijo el sacerdote César Cañaverales.
El cura Cañaverales y Olga Sánchez, fundadora del albergue Jesús “El Buen Pastor” son los únicos activistas en la ciudad de Tapachula, Chiapas, que dan techo y comida a la masiva ola de caribeños que se ha dado en los últimos dos meses ante el temor de que el acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos ponga fin a la Ley de Ajuste Cubano.
Conocida también como “Pies Secos, Pies Mojados”, la normativa vigente desde 1964 otorga permiso de residencia a todos los cubanos que lleguen por tierra y la ruta que actualmente están tomando es por Ecuador desde que este país abrió sus puertas con visas a todos los ciudadanos que lo necesitan.
Rafael Martínez, un cubano oriundo de Pinar del Río, dijo en entrevista telefónica que intentó esperar hasta el último minuto para estar con su familia en Cuba, pero el cierre de sus negocio de figuras de barro por parte del gobierno lo empujo al exilio.
“No fue fácil, allá ya no se puede vivir falta todo y si se cierra la posibilidad de ir a Estados Unidos la vida sería un infierno allá”.
*La Opinion





