En el Poop Café el espresso y el té se sirve en pequeñas tacitas con forma de inodoro, los bizcochos replican el clásico emoji del popó y la espuma de las bebidas está decorada con el mismo motivo.
Los scones con forma de excremento se sirven en bowls con forma de excusado, y la vajilla también tiene su estampa alusiva. Y como no podía ser de otra forma, el local no tiene sillas, sino inodoros con almohadones.
Aparentemente este furor por los temas escatológicos no es novedad en Asia, donde se vive un furor por la “caquita” como objeto de consumo, y donde los excrementos son una referencia común entre los jóvenes.
*Periodismo