El coleccionismo es una disciplina de lo más caprichosa. Las modas que dictan lo que hay que guardar y lo que hay que tirar son de lo más volubles y ya no se sabe si lo que se deja en casa y no se tira a la basura es un tesoro o un desecho. Sobre todo después de saber que lo más popular ahora mismo son los VHS.
Sí, las cintas con imaginativas portadas de filmes de los 70’ y los 80’ están siguiendo el mismo camino de los discos de vinilo y de las casetes y están alcanzando precios estratosféricos en Internet y en tiendas especializadas. Por ejemplo, una cinta de la película ‘La bestia en calor’, que mezcla gore y sexo en campos de concentración, y que fue prohibida en su época en Reino Unido, puede llegar a valer más de 1.340 dólares, según explica un coleccionista llamado Dale Lloyd en el diario The Telegraph.
Pero no solo las cintas más extrañas son las más valoradas.
Filmes como ‘SubUrbia’, una de las primeras obras del director Richhard Linklater (Boyhood) solo están disponibles en este formato, así que quien quiera verla de forma ‘legal’ solo podrá hacerlo mediante un video VHS, por lo que su valor en el mercado irá aumentando progresivamente.
¿Por qué ir al pasado?
¿Pero qué lleva a un coleccionista a preferir una cinta de video frente a un DVD o un Blu-ray, formatos con una imagen más definida? Parece que el grano y la imperfección de las cintas dan un toque especial a determinados filmes que, quizás, en soportes más modernos ganan en claridad, pero pierden en encanto. Lo mismo ocurre con el crepitar de un disco de vinilo, que encaja a la perfección con una canción de Led Zeppelin.
“Hay películas que parecen demasiado limpias en DVD o Blu-ray.
Se puede ver los defectos en el maquillaje o errores en los efectos especiales por culpa de la claridad de imagen. Son títulos que deberían verse con un poco menos de calidad de imagen, para ocultar sus fallos”, explica el coleccionista Dan Kinem en la revista especializada Collectors Weekly.
FUENTE: http://www.lahora.com.ec/