No eres la única persona que sufre de este mal, de hecho, es más común de lo que piensas. Generalmente “ataca” por las noches, aunque a veces ni en las mañanas te libras. Toma nota porque estas cuatro cosas fáciles te ayudarán a guardar la calma.
1. Agradece lo bueno que tienes
En ocasiones nos olvidamos de lo afortunadas que somos y perdemos de vista lo bueno que hay en nuestra vida. Pensar en lo bueno de tu vida mientras intentas dormir, te ayudará a poner tus problemas en perspectiva.
2. Respira
Literalmente. Date por lo menos un minuto de respiraciones enfocadas para ayudar a “frenar” tu cerebro y a calmar tus nervios. Concéntrate en el ritmo de tu respiración, en cómo se siente el aire cuando entra y sale. Te aseguro que de inmediato te sentirás mejor.
3. Camina, estírate, trata de ejercitarte
No necesitas matarte en horas eternas de cardio, una caminata lenta, pasear por un parque cercano y hasta sacar a pasear a tu mascota.
4. Una cosa a la vez
Está comprobado que sentirte abrumada por las tareas diarias es una de las principales fuentes de ansiedad. Aunque sea de noche, aunque estés tratando de dormir, anota esas preocupaciones en papel o en tu teléfono, ponles fecha para que empieces a poner orden.
Aunque no lo creas, ayuda bastante y te darás cuenta que todo tiene solución y los días tienen suficientes horas.
Si sientes que nada está ayudando y que apenas puedes controlarla un poco, sería bueno tener el diagnóstico de un experto. Psicólogos y psiquiatras pueden ayudarte con esto.
*SOYACTITUD
