Por ejemplo, para estar en forma, lo mejor es que te dejes de obsesionar.
Es una orden: ¡no piensen en osos blancos! Estamos seguros que ni se les había ocurrido pensar en ellos, pero ahora que les dijimos, se los van a imaginar. Eso pasa cuando quieren ponerse en forma y se empiezan a obsesionar con dejar de comer. La ciencia tiene otra idea: para conseguir un objetivo deben dejar de prohibirse cosas y empezar a disfrutar la vida. No nos crean, miren los estudios:
“Te voy a dar un bombón. Si no te lo comes, en 20 minutos te doy otro”.
¿Ustedes qué harían?, ¿esperarían? En los años 60, psicólogos de Stanford le dijeron a niños de 4 años que les daban un bombón extra si esperaban. Los investigadores entrevistaron años después a los participantes, ya adultos. Los que aguantaron y ganaron el segundo bombón tuvieron mejores vidas que los impacientes. Su secreto fue no pensar en el bombón.
¿Se puede dejar de pensar en los osos blancos (o en comer)?
En los años 80, el psicólogo Daniel Wegner, de la Universidad de Harvard pidió a un grupo que no pensara en osos blancos y les dio una campanita, para que la tocaran cada vez que pensaran en esos animales. Las campanas no dejaron de sonar. La sugerencia de la American Pyschological Association es que para dejar de pensar en algo hay que distraerse.
Ahora imagínense:
Tienen que hacer que la gene use más las escaleras normales que las eléctricas para que hagan ejercicio. En un experimento en 2009 en Estocolmo, convirtieron una escalera normal en un piano: cada pisada era una nota. Al lado había una escalera eléctrica, pero la gente dejó de usarla para jugar con el piano-escalera. El uso de la escalera aumentó 66%.
¡Ahora ya sabes el secreto detrás de eso que quieres conseguir! Trabaja duro, sin obsesionarte.
