Michael Enright, de papeles secundarios en el cine a la guerra.

Ha cambiado los estudios de cine por la milicia. El actor Michael Enright, que participó en la película ‘Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto’, se ha enrolado en las filas de los rebeldes kurdos para luchar contra el Estado Islámico.

Enright considera que el grupo yihadista es una «abominación», razón que le ha movido a empuñar un kalashnikov. El intérprete debe de estar familiarizado con el fusil de asalto, pues está aprendiendo a montarlo y desmontarlo con los ojos vendados. Hombre y arma unidos como si fueran uña y carne.

Enright es todo un mozo aguerrido. Para templar el carácter ya duerme con el uniforme militar y llama ‘Olga’ a su kalashnikov. El actor quizá ha pensado que morir con las botas puestas es un honor, pero que te pille la parca en pijama es ridículo. Al intérprete le gustan las armas con nombre de mujer, y ha elegido el de ‘Olga’ porque es de fabricación rumana. «Es mi compañera constante, así que le he puesto nombre», dijo Michael Enright al diario británico ‘The Daily Mail’.

El combatiente se ha inscrito en las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) de las milicias kurdas y ha viajado a Siria, donde se está aclimatando a la hosquedad del paisaje. Aprovechando su fama, Enright ha hecho un llamamiento para no dar tregua al Estado Islámico, una apelación que se dirige a «toda la humanidad». «Ha llegado un punto en el que quiero que sean aniquilados», aseguró el actor, quien le ha cogido gusto a la arenga.

El actor tomó conciencia de la barbarie del enemigo cuando vio losvídeos de las decapitaciones perpetradas por los miembros del EI. Creyó haberlo visto todo hasta que se encontró en los telediarios la noticia del asesinato del piloto jordano Muaz al Kasaesbeh, quien fueenclaustrado en una jaula y quemado vivo por los yihadistas.

Con todo, su ardor guerrero viene de antiguo. A este secundario del séptimo arte le quedó un regusto amargo en el ánimo por no haber ido a combatir a Afganistán tras los atentados del 11-S. Aunque británico, se siente en deuda con Estados Unidos, el país que le recibió «con los brazos abiertos».

Para no intranquilizar a nadie, Enright se abstuvo de informar a su familia de que se había alistado en las filas de las YPG, por miedo a que acabaran disuadiéndole. Los allegados del actor, que no han podido objetar nada ante los hechos consumados, al menos han podido hablar con él varias veces.

Mientras, los adeptos de la yihad usan artimañas para reclutar soldados. Los miembros del Estado Islámico adoran a Alá, pero también a la nueva religión contemporánea, el futbol. Sabedores de que el balompié es un señuelo para las almas cándidas, difundieron un vídeo en el que salía un tal Abu Issa al-Andalusi, un combatiente que decía haber jugado en el Arsenal y compartido vestuario en otro equipo con Cristiano Ronaldo. Era un engaño fácil de desmentir, pero por un tiempo corrió a la velocidad del rayo en las redes sociales.

Michael_Enright

FUENTE: http://www.diariodenavarra.es/

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