Yu Ermei, una mujer de 86 años de Jingdezhen, China, invirtió alrededor de USD 900.000 y cinco años de su vida construyendo un “palacio” completamente decorado con piezas de cerámica. La mayoría de la gente consideraría una locura gastar tanto tiempo y dinero en este proyecto, pero ella asegura que su vida estaría incompleta sin él.
Cuando hace seis años a Yu se le ocurrió la idea de su original palacio de porcelana, su familia pensó que se había vuelto senil, pero intentó explicarles que era el sueño de su vida. Jingdezhen se considera la “capital de la porcelana de China”, y habiendo vivido aquí desde los 12 años, la mujer quería dejar algo en honor a la ciudad que dio forma a su existencia.
Había trabajado en el negocio de la cerámica la mayor parte de su vida, primero como aprendiz en un taller de porcelana, y luego como trabajadora en dos fábricas estatales, antes de tener la experiencia suficiente para abrir su propia fábrica de porcelana, lo que terminó por generarle una considerable fortuna. Este palacio es su forma de devolverle algo a Jingdezhen, y un tributo a la cerámica.
Yu compró un pedazo de tierra en las afueras de Jingdezhen, y comenzó a trabajar en un gran edificio circular que iba a ser completamente decorado con varias piezas de cerámica. Casi terminado, el palacio ahora ocupa más de 1.200 metros cuadrados y consta de alrededor de 80 toneladas de porcelana rota, que se utiliza como material de construcción y como decoración.
La porcelana cubre prácticamente todo. Los suelos y las paredes están completamente recubiertos con piezas de cerámica, y hay platos y tazas que cuelgan del techo. Incluso las ventanas tienen forma de jarrones de porcelana. A pesar de la carga física y financiera de esta épica empresa, Yu Ermei dice que no podría estar más feliz. Ella espera que su original palacio de cerámica atraiga a los turistas y mejore la vida de la gente del lugar. Yu considera la estructura intrincadamente decorada su logro más significativo y memorable.
